Organización Agraria Araga
La falta de información fue un factor clave en la crisis del ‘pepino español’
Un estudio elaborado por la Universidad Pompeu Fabra y la Universidad de Barcelona ha apuntado a la falta de información como elemento clave en la crisis alimentaria de los “pepinos españoles” en 2011 que se tradujo en pérdidas de millones de euros entre los productores de este país. Este trabajo, que describe las causas que provocaron la alarma social desencadenada entorno a este alimento, “analiza los exigentes criterios de calidad que alcanza la industria española de la horticultura y de la gestión del agua” y descarta el agua de riego como posible fuente de contaminación del brote epidémico registrado en Alemania en 2011, se indica en un comunicado de la UPC.
En su trabajo, “La crisis de los pepinos españoles: microrganismos, calidad del agua y cultivos hortícolas”, el catedrático de Ingeniería Ambiental de la UPC Rafael Mujeriego y el catedrático de Microbiología de la UB Joan Jofre reflexionan sobre cómo proceder en el futuro para reducir de forma eficiente la posibilidad de que una contaminación de este tipo pueda llegar a producirse.
Los autores del estudio recomiendan también a los posibles consumidores familiarizarse con los detalles técnicos de cómo se cultivan ciertos productos hortícolas.
El brote de “E. coli” 0104:H4 producido en Alemania de mayo a julio de 2011 fue el episodio de contaminación bacteriana más grave de los documentados sobre el síndrome ocasionado por la toxina Shiga 2 y generó una de las crisis de seguridad alimentaria más importantes de las provocadas por agentes infecciosos en países desarrollados durante las últimas décadas.
A pesar de la alarma provocada por esta crisis, los investigadores señalan que no se tiene ninguna evidencia epidemiológica o analítica concluyente sobre el posible papel de los pepinos españoles en el desarrollo de este brote epidémico.
La crisis ocasionó unas pérdidas para el sector hortícola español de más de cien millones de euros y un “esfuerzo continuado” posterior para recuperar la cuota de mercado de la que se disponía antes de la crisis.
Mujeriego y Jofre describen en su artículo el agente causal y la evolución de esta crisis alimentaria causada por la bacteria “E. coli”, y señalan la manera cómo estas bacterias comunes adquieren su carácter infeccioso, los indicios disponibles sobre los posibles productos hortícolas causantes de la infección o las normas de calidad aplicables al agua regenerada con que se pueden utilizar estos productos y las técnicas de riego.
Los científicos insisten en las recomendaciones relativas a las precauciones higiénicas básicas que hay que adoptar para consumir productos hortícolas crudos, mediante su desinfección.
Los investigadores enfatizan que “es recomendable que todos los participantes en la cadena alimentaria conozcan con detalle las formas de gestión de los productos que utilizan en su alimentación, de manera que puedan adoptar sus propias opiniones, más allá de las conclusiones precipitadas, injustificadas o incluso irresponsables que algunas personas o organizaciones puedan emitir en algún momento”.