La Unión Europea ha planteado, recientemente, endurecer la normativa que aplica a la comercialización del aceite de oliva. Esta reforma afectará, principalmente, al etiquetado y embotellado de los aceites, denominación y controles de calidad, con el fin de garantizar la calidad del aceite y evitar el fraude en la medida de lo posible. Hasta ahora se habían aprobado una serie de normas que afectaban al etiquetado de las botellas. Estas normativas establecían la obligatoriedad de indicar en las botellas de aceite su procedencia. Si se trataba de aceite de oliva intracomunitario, extracomunitario o mezcla de aceites de dentro y fuera de la UE. Estas medidas no fueron muy bien acogidas ya que perjudicaban de manera directa a dos de los mayores exportadores mundiales: España e Italia.
Las nuevas propuestas de Bruselas incluyen reformas a esta normativa y obligarían a clarificar el etiquetado con el fin de que el usuario conozca perfectamente lo que está consumiendo. Será necesario indicar la fecha de la cosecha, la fecha de consumo preferente y eliminar definitivamente los términos sabor suave o sabor intenso, que lo único que hacían hasta ahora era confundir al consumidor.
Actualmente, únicamente era necesario y solo en los casos de aceites vírgenes, indicar el país de procedencia o su denominación de origen y definir correctamente los tipos de aceite, si es refinado o si ha sido extraído por métodos mecánicos.
Por otro lado, la nueva norma pretende establecer análisis más rigurosos y tests con el fin de ofrecer a los consumidores aceites de gran calidad y evitar el fraude que hasta ahora se estaba dando con productores e importadores italianos, entre otros.
Otra de las medidas que se van a adoptar contra el fraude son los cambios en el tipo de envase. Se propone el uso de botellas de aceite con tapones que impidan el relleno y un sistema de apertura que pierda su integridad. De esta forma, se evitaría el uso malintencionado que típicamente se produce en bares y restaurantes.
Con respecto a los aceites mezclados, hasta ahora únicamente era obligatorio indicar los porcentajes de las mezclas y, en el caso de las mezclas cuyo contenido en aceite de oliva fuese inferior al 50%, se había prohibido destacar visualmente el aceite de oliva en la botella. Tampoco se podía indicar el grado de acidez a menos de que dicha información fuese acompañada de información detallada sobre peróxidos, ceras, polifenoles, etc.
Por este motivo, desde el propio sector, se ha lanzado una propuesta con el fin de que esta nueva revisión de la normativa incluya también cierto control a los aceites mezclados intensificando los test químicos y evitando así el fraude. Los productores están pidiendo a Bruselas que, por el momento, se prohíban las mezclas de aceites vegetales hasta que, definitivamente, se endurezcan los controles y las sanciones.