Organización Agraria Araga
ARAGA tiene previsto solicitar a Modesto Lobón las ayudas para el fomento del bienestar animal a través de la línea de modernización de infraestructuras agrarias
La adaptación de las explotaciones ganaderas, concretamente de porcino, exigida por la UE antes de 2013 va a suponer un importante quebranto económico para los ganaderos de porcino aragoneses.
Por todo ello desde ARAGA se va a solicitar al consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Modesto Lobón, que al igual que sucede en otras comunidades autónomas españolas, se utilicen de las líneas de modernización de infraestructuras agrarias en ayudas para los ganaderos del sector porcino.
ARAGA considera que estas ayudas estratégicas servirían para evitar importantes mermas económicas en los ganaderos del sector porcino y evitarían la desaparición de un buen número de explotaciones y su consiguiente repercusión en el tejido agroalimentario aragonés. En Aragón existen 3600 explotaciones de porcino que suponen el 60 % de la producción ganadera.
Por todo ello, ARAGA quiere reclamar el ejecutivo autonómico, a través de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, que se haga uso de este tipo de ayudas vinculadas a la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA) para conseguir que no se llegue a perder d la productividad de las explotaciones ganaderas y el asentamiento rural que conlleva.
ARAGA ha realizado un estudio que indica que, para adecuar cada explotación ganadera a las exigencias planteadas desde Bruselas, cada explotación deberá efectuar una inversión aproximada de entre 150 y 200 € por cada cabeza de ganado. Además, una vez adaptada y teniendo en cuenta los requisitos que obligan a aumentar el espacio necesario para la habitabilidad de cada cabeza de ganado, el ganadero se vería obligado a aumentar el tamaño de su explotación si quisiera continuar albergando el número de cabezas de ganado que poseía.
En términos globales la inversión de un ganadero de porcino podría alcanzar los 60.000 € en una granja de aproximadamente 200 cabezas de ganado y una vez llevada a cabo la adecuación su rentabilidad se vería reducida en un 25 % debido a la disminución del número de cabezas de ganado originada por la pérdida de espacio.
